martes, 17 de enero de 2012

Testimonio de Sheri Rose Bio


Sheri Rose Shepherd
Un encuentro con el ReyPor: Pastor Sheri Rose

¿Recuerdas la primera vez que sentí que toque en su corazón o lo que me gusta llamar "un encuentro con el Rey?"Me acordé de la noche, cuando, en mi hora más oscura, que me había coronado con su tierno amor y una nueva vida. Me había sentido desesperada y desesperada por alguien a quien amar y algo que me para llenar mi alma vacía. En ese momento de mi vida, tuve todas las cosas que debería haber significado la felicidad y plenitud. Superé un problema de drogas, que había perdido sesenta libras, y yo tenía mi propia compañía de producción de modelado. Tenía un montón de dinero, salidas de compras, los títulos de belleza, los novios y de paños fríos. Me llevó un buen coche y tenía una agenda llena de lugares para visitar y las personas para ver. Sin embargo, todavía me gritó a dormir por la noche y luchado contra la depresión, así como un trastorno alimenticio llamado bulimia. En el exterior, parecía que lo tenía todo junto, pero por dentro me estaba cayendo a pedazos. Me sentí vacía y sola, incluso cuando yo estaba en una multitud de personas. No he podido encontrar nada ni a nadie para llenar ese lugar en lo profundo de mi corazón solitario. Se parece a nada de este mundo tenía que ofrecer podía hacerme sentir bien acerca de mi vida.Comencé a sentir como si yo no tenía nada por qué vivir. Una noche oscura y solitaria que nos registramos en una habitación de hotel. Mi plan era terminar mi vida con una sobredosis de pastillas para dormir. Sin embargo, en ese momento, mi momento-más desesperada clamó a Dios. Él era mi última esperanza. Él oyó mi clamor y me rescató antes de que tomara mi vida. En ese momento en la habitación del hotel, me sentí realmente la presencia santa de Dios conmigo, y por primera vez en mi vida, no me sentía sola. En cambio me sentí amada y en paz.Nuestro Dios promete que si se le buscan con todo nuestro corazón, lo encontraremos. Cuando llamé a Dios esa noche, me dio la mayor corona de todo. No fue una corona otorgada por el hombre, pero la corona de la vida eterna de la vida dada por Dios. Él restauró mi alma y me dio todo lo que yo había estado buscando desesperadamente el amor, la alegría, la paz de la mente, un propósito para vivir. Honestamente puedo decir que, tan emocionante como ganar una corona nacional, que maravilloso evento palidece en comparación con la que tuvo un encuentro con el Rey me dio la bienvenida en su familia como su querida hija.
"Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable."
1 Pedro 2:9

Fuente:Revista Impacto Evangelistico.

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