La diferencia entre un triunfador y los demás muchas veces reside en un pequeño esfuerzo extra. El ganador de una competencia suele aventajar a los que siguen por una mínima diferencia. Es cuestión de perseverancia, de no darse por vencido, de insistir cuando otros abandonan.Necesito buscar la salida aprendiendo la lección de las raíces: siempre encuentran un camino para avanzar. Necesito fortalecer la fe y acrecentar la esperanza. Sólo puedo vencer estando seguro de mí mismo y de la ayuda infinita del Señor Supremo. Necesito altas dosis de entusiasmo si quiero vencer el desaliento y avanzar sin que las dudas me frenen.
Soy un triunfador cuando creo que muchos imposibles son posibles cuando pienso positivamente y actúo decididamente. Cuando escucho este consejo:
Levántate y vence tu flaqueza con el ánimo que triunfa en los combates.
Fuente:Revista Impacto Evangelistico.
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