martes, 28 de febrero de 2012

Limpios o sucios...


Cada día que pasa me asombra y me enoja más ver la suciedad de nuestras calles y ciudades. Me asombra que a la gente no le importe vivir en medio de la mugre. Y me enoja ver a gente “bien” en autos muy costosos, con lo cual creo ingenuamente que también su educación fue costosa y esmerada, bajar automáticamente las ventanillas de sus autos y arrojar a la vía pública todo tipo de papeles o envases vacíos. Y pienso: ¿Harán lo mismo en sus casas?
Se dice que Singapur cambió su historia al dedicar especial énfasis a la limpieza y es llamada la “Ciudad de la Excelencia”
¿Qué es la limpieza?
“Es la condición de limpio” Y Limpio es “Que no tiene mancha o suciedad. Puro. Aseado”
Existen diversos métodos de mantener la higiene personal y la limpieza de los objetos y lugares que utilizamos y donde nos movemos e interactuamos. Pero hay una clase de limpieza que es la más importante en la que podríamos pensar.
¿Qué nos dice la Biblia acerca de la Limpieza Eterna?
Debemos pedírsela a Dios:
  • “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmos 55:1)
No podemos obtenerla por nuestra propia cuenta: 
  • ”Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón y lavado mis manos en inocencia” (Salmos 73:13)
Dios nos da el medio:
  • “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (Salmos 119:9)
La Biblia también nos dice que tenemos que procurarla en el andar diario:
  • “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1)
  •  “Jesús le dijo: El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis...” (Juan 13:10)
En Proverbios 22:11 leemos:
  • “El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey”
¿Cómo podemos llegar a tenerla, de tal forma que seamos Amigos del REY?
  • “Limpiaos pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por  nosotros” (1 Corintios 5:7)
En 1 Crónicas 22:5 el rey David dice:
  • ”La casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario”
Y considerando que nuestro cuerpo “es templo del Dios viviente”, según vemos en 2 Corintios 2:16 ¡Cuánto más debemos lograr que sea una “ciudad de excelencia"!
Recordemos: La limpieza eterna la da Dios. El mantenimiento diario hasta que estemos en Su Presencia ¡corre por cuenta nuestra solicitando Su intervención!

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