jueves, 1 de marzo de 2012

EL LUGAR DE LA MUJER, EN EL CORAZÓN DE DIOS


Mujer es sinónimo de belleza, de ternura, de maternidad.
El Señor puso en ella un detalle del que carecía el hombre,
la sensibilidad. Por eso, muchas de nosotras nos conmovemos de
manera especial cuando adoramos o alabamos a Dios, porque Él nos
hizo más sensibles.
La Biblia habla de que somos vasos frágiles -allí se está refiriendo
específicamente a nuestra sensibilidad-, pero a la vez, el Creador
nos ha provisto con fuerzas, ímpetu, motivación propia y motivación
para brindar a quienes nos rodean.
Las Escrituras nos dicen: La mujer sabia edifica su casa;
mas la necia con las manos la derriba (Proverbios 14:1).


El propósito de Dios con la mujer siempre fue dignificarla, tanto como
a una princesa. Eso fue lo que pretendió no sólo para Eva sino también
para su descendencia.
Mas vino la maldición por causa del pecado, y todos los dones,
lo que nosotras somos en sí, se distorsionó. Desde entonces,
el adversario ha querido usar a la mujer para sus propios fines.
Por tal motivo, ha estado explotando sobre todo su belleza para llevar
al hombre a la misma destrucción.
Mas sabemos que éste no ha sido el propósito del Señor.
Salomón dijo: Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?. Dios está buscando
mujeres que tengan una vida equilibrada y que puedan desempeñar bien
como esposas, madres, y como profesionales o líderes dentro
de su comunidad.
Jesús dignificó a la mujer
Sin lugar a dudas, el cristianismo es lo que más ha bendecido a la
humanidad en todas sus facetas.
Jesús ama las familias; Jesús ama tanto a la mujer como al hombre.
Él se esmeró en dignificar a la mujer sin importar su transfondo cultural.
Todos los principios que hay en la Biblia, son para nuestro beneficio
y para traer alegría y felicidad al ser humano, junto a su pareja
y a sus hijos.
Porque a mis ojos fuiste de gran estima.
La auto imagen es aquello que reflejamos a las personas que nos rodean.
Cuando alguien la observa ¿qué ve en usted? ¿Una mujer de éxito,
alguien con futuro y potencial, o una persona triste y angustiada?
Muchas veces la auto imagen de la mujer ha sido deteriorada a causa de
las difíciles experiencias que ha debido atravesar.
Cada palabra negativa, cada agresión, cada fracaso va derribando la auto
imagen, y eso nos hace sentir inferiores delante de todos los demás.
El Padre Celestial la ama y le ha devuelto no sólo su dignidad sino un futuro
lleno de éxito; a través de estar continuamente en la presencia de Dios,
siendo tocada por Su unción, su auto imagen será completamente restaurada.
Gozará del privilegio de predicar el evangelio; al levantar sus manos
en oración los cielos se abrirán; a través de su boca serán benditas miles
y miles de mujeres más.
Hoy, en un acto de fe, póstrese a los pies del Señor y derrame su corazón.
Sienta por primera vez, cómo todo ese pasado triste y vergonzoso es cubierto
con la sangre del Cordero, con el manto del perdón.
El Jesús que yo conozco es un Jesús que restaura a la mujer, que no hace
diferencia entre sexos, que la va a vestir con ropas limpias, con atuendos
nuevos, que le dibujará una sonrisa fresca y sincera en su rostro,
que la colmará de genuina belleza, de espontaneidad, de gozo, de risa
que brota de la fuente celestial.
Sus mejores años son los que están por venir. Usted será canal de bendición
para las próximas generaciones, y más aun, predicará el evangelio con
la unción del Espíritu Santo.
Eso es lo que quiere hacer el Señor hoy en usted.
Sea Sabia
"El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,
porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos,
a vendar a los quebrantados de corazón,
a publicar libertad a los cautivos,
y a los presos apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová,
y el día de venganza del Dios nuestro;
a consolar a todos los enlutados;
a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé
gloria en lugar de ceniza,
óleo de gozo en lugar de luto,
manto de alegría en lugar de espíritu angustiado;
y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová,
para gloria Suya"
Isaías 61:1-3

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