martes, 27 de marzo de 2012

Camerún: Tribus tendrán evangelio en su idioma

Unas 240 millones de personas alrededor del mundo no tienen la Biblia en su propio idioma. Durante décadas Traductores Bíblicos Wycliffe ha estado trabajando para eliminar ese número.
Ubicado en la costa occidental del África Central, Camerún alberga a 19 millones de personas.
El inglés y francés son los idiomas “oficiales” pero unos 280 grupos lingüísticos se esparcen por todo el país.
Cuarenta por ciento de la población aquí son cristianos – aunque la mayoría no puede leer la Biblia en su lengua natal.
La Biblia dice que Dios reunirá a gente de cada nación, cada tribu y cada lengua, bueno, parte de eso se está cumpliendo aquí en este pueblo en Camerún donde la palabra de Dios está siendo traducida al Yambeta que es el idioma nativo de la gente aquí.
Babetta
En el remoto pueblo de Babetta, la vida es simple.
Especialmente a la hora de comunicarse. La lengua nativa del Yambeta usualmente es hablada…hasta ahora.
En una pequeña habitación los traductores bíblicos trabajan todo el día traduciendo el evangelio a su lengua materna.
Leonardo Bolioki es el principal traductor. “Estamos felices de entender la palabra de Dios en nuestro propio idioma”.
Este trabajo está cercano al corazón del Presidente de Wycliffe Bobs Creson. Por casi 10 el y su esposa sirvieron como misioneros en Camerún.
El dice que el trabajo de traducción bíblica ha cambiado dramáticamente en los últimos 20 años. “Creo que lo que me más me llega es ver el numero de camerunenses tomando liderazgo en el proceso de traducción bíblica aquí. Es diferente de lo que era hace algunos años”.
George Shutlz, Coordinador Programa de Traducción, ayuda a entrenar camerunenses para el trabajo de traducción. “Les da un gran sentido de orgullo y de pertenencia”.
Efi Tembon es Director de la Asociación de Entrenamiento y Educación Bíblica de Camerún. El dice que la traducción bíblica es sólo parte de la historia.
 “La mayoría de los lenguajes nunca antes han sido escritos, nunca tuvieron alfabeto, no han tenido un solo libro en ese lenguaje. Así que cuando empezamos a trabajar enviamos a un lingüista a estudiar el lenguaje, sacar un alfabeto con un sistema de escritura y comenzar a hacer libros de lectura y escritura para ayudar a la gente a leer y escribir”.
Aquí están trabajando en traducir la Biblia al tunen – y están trabajando en el libro de Apocalipsis en el idioma tunen.
Ayuda tecnológica
Otro gran cambio es el rol de la tecnología. Aquí, los traductores usan tecnología satelital portátil para colaborar con expertos en otras partes del mundo.
De la traducción se pasa a la transmisión. Además de leer la escritura, la gente está escuchando la palabra en su idioma mediante el programa “fe viene por el oír”.
 “En África la gente prefiere escuchar a leer. Muchas veces grabamos el Nuevo Testamento desde Mateo a Apocalipsis y luego vamos al campo y los escuchamos en grupos en iglesias, cuartos, casas y la gente se reúne a escuchar la palabra y discutirla”, dice Ambassa Apolinaire.
Los pastores locales dicen que tener la palabra de Dios en un idioma que ellos pueden entender es una gran bendición.
 “Cuando fui al instituto bíblico estudié la palabra de Dios en francés y pensaba que la dominaba. Ahora el poder hablar, leer, escribir y aún predicar en mi propio idioma. Es un orgullo”, dice el pastor Georges Mossasso.
Tembon tiene gratos recuerdos, “fui a una iglesia y estaban haciendo el servicio en su propio idioma, cantaban en su idioma y predicaron en su idioma. Yo no entendía lo que decían pero cuando vi los rostros de la gente supe que Dios estaba en ese lugar porque había gozo en sus rostros”.
Los traductores dicen que eso hace que su trabajo valga la pena.
 “Fue muy agradable terminar el nuevo testamento porque pude ver el anhelo en las iglesias de la gente que deseaba tenerlo. Pude ver el anhelo en los individuos de recibir el nuevo testamento”, señala Peter, uno de los traductores.
Paul también es traductor y comparte lo que significa este trabajo. “He escuchado gente decir que ser traductor es tanto una distinción como una aflicción. El gozo de hacerlo y el gozo de ver a la gente leer la palabra de Dios y entenderla nos ayuda a sobrellevar las dificultades que pueda haber”.
Mientras tanto, Leonardo y su equipo han completado casi el 60 por ciento del nuevo testamento en Yambeta.
El espera el día que pueda leer las escrituras en su lengua natal y compartirla con otros.
 “Estaré muy feliz”, dice Bolioki.

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